¿Alguno de vosotros no se ha ido de cañas? Es más, ¿a alguien no le gusta irse de cañas?.
Yo creo que no hay nadie, o al menos no lo conozco. El caso es que ir de cañas es algo que a todo el mundo gusta, pero ¿por qué?.
Yo creo que a todos nos gusta porque es un momento en el que te relajas, charlas animadamente (con cada caña, más animadamente aún) con tus compañeros de clase, amigos o familiares, y encima te estas bebiendo una refrescante cerveza y su correspondiente tapa.
Además en estos ratitos vas conociendo mejor al resto del grupo y te llevas realmente alguna que otra sorpresa. Con una caña en la mano el compañero de clase que no deja de tomar apuntes y no habla casi nada se vuelve un chistoso que no para de hacerte reir, el amigo que parece que no ha salido en su vida es el que más aguante tiene y el vivi que presume de ser el amo del mundo es el primero que se troncha y te pide un salobreña. Con unas cañas, puede pasar cualquier cosa.
Luego otro tema de las cañas son las tapas. Estas son las que realmente hacen a uno decidirse ir a un sitio o a otro, no negaran que no es lo mismo una buena carne en salsa a unos secos torreznos, o una buena tapita de jamón y queso a unas patatas fritas de bolsa. No es comparable, aunque hay gente que prefiere las patatas, que quieren que les diga, hay gente rara.
Bueno os dejo hasta otra ocasión.
Por cierto en el robot hemos sacado un 7.5. Me voy a celebralo, con unas cañas claro.