Este ha sido un día largo y duro pues nos hemos levantado a las 7:30 de la mañana para ir a Barajas y coger el avión rumbo a Bucarest que salía a las 13:00.
El vuelo ha ido muy bien, exceptuando que mi padre no es capaz de dejar de fumar ni un momento y se puso a fumar en el servicio del avión, y claro, una azafata se dio cuenta y ha ido detrás de él para echarle la bronca. Lo gracioso era ver como la azafata le echaba una monumental bronca en inglés!!! y mi padre mirándole con cara de circunstancias ya que no le entendía nada.
Una vez en Rumanía en el aeropuerto mi cuñada, Alina se encontró con su padre después de 3 años sin verse, por lo que ya podéis imaginar que el momento fue muy emotivo.
Mi cuñada y su padre
Una vez en la periferia de Bucarest nos quedamos muy sorprendidos por varios motivos, como el mal estado de las carreteras, la gran cantidad de perros vanduendos que se veian en las calles (algunos en manadas de 6 o más perros) y sobre todo la forma de conducir de la gente alli que podeis ver en el video de más abajo (mejor mirarlo a que yo lo comente).
El viaje hacía Tulcea fue muy largo debido al estado de las carreteras, por lo que a mitad de camino paramos a tomar unos "Mititei" (foto derecha) que son unas salchichas de carne picada muy condimentada pero muy ricas.
Sobre las once de la noche llegamos al fin a Tulcea y fuimos a dejar las maletas en el hotel que nos agrado mucho, tenía una habitación doble con un cacho de armario para mi solito.
Y después de dejar el equipaje al fin fuimos a casa de los padres de mi cuñada donde cenamos lo que nos había preparado la madre de Alina y de nuevo vuelta al hotel para al fin dormir despues de un día tan largo.
Manera de" conducir" en Bucarest
Mi habitación del hotel (grabado a la vuelta de Brasov)